Retos y oportunidades de la universidad en un contexto global, por Jaume Pagès
¿La UOC puede convertirse en una universidad global?
«La UOC tiene fortalezas y también tiene debilidades, no hay duda. Pero una de las fortalezas que tiene es la experiencia acumulada durante los años en que ha estado actuando hasta ahora. Y la otra fortaleza que tiene es el vínculo que ha creado y se mantiene –y sin el cual no sobreviviría, creo yo– con las otras universidades catalanas.»
«A veces la UOC no es una universidad de las universidades catalanas: sí que está en el sistema, pero es una universidad que sin las universidades catalanas tendría un futuro mucho menos abierto del que tiene con la convivencia y la complicidad de las otras. ¡Y esto es un valor! Un valor extraordinariamente positivo que puede desarrollarse, y quizás se le podrían sacar incluso más rendimientos de los que se le sacan.»
«A menudo los sistemas universitarios han establecido niveles de influencia según las barreras idiomáticas naturales, que les dan un espacio de supervivencia en el que pueden desarrollarse y crecer. Pero el día en que caigan estas barreras la competencia será más universal.»
«Para una universidad como la UOC –vinculada a un idioma muy minoritario hablando globalmente, como es el catalán– romper estas barreras puede ser un peligro como para todo el mundo o puede ser una oportunidad porque se le pueden abrir fronteras que hoy en día consideramos cerradas.»
«Yo creo que vale la pena pensar con una mentalidad global y verse como una universidad del mundo y como lo haríamos en un mundo donde yo creo que hay muchísimas oportunidades. Es difícil hacerse un agujero en América del Norte, Inglaterra, Francia, o Alemania; pero seguramente no es tan difícil hacerse un agujero –no ya en América Latina, que también– sino en países emergentes de África, donde imagino que hay muchas y muchas posibilidades.»
«El día en que caigan las barreras idiomáticas, y apuesto que será en diez años, ¿quién impedirá que una universidad –si no es una universidad de gran prestigio, será otra que se habrá propuesto hacerlo y hacerlo a nivel masivo– venga aquí y nos ofrezca su servicio? Si alguien lo quisiera impedir yo diría «no hombre, no; dejad que mis nietos escojan; no se lo impongáis». Y si somos así y aceptamos que la libertad es un bien que tenemos que proteger, pues vale la pena que todos juntos nos pongamos las pilas, porque la competencia es insoslayable.»