Redactar un texto es complejo: tenemos que decidir qué información queremos transmitir y en qué orden expresaremos las ideas; asimismo, debemos darle forma mediante la utilización del código lingüístico. Es útil entender la redacción como un proceso, ya que nos permite dedicarnos selectivamente a aspectos diferentes en cada fase. Así, distinguimos tres etapas dirigidas a construir tanto el contenido como la forma del texto:
Planificación
Antes de escribir es conveniente que nos planteemos cuestiones sobre la situación comunicativa:
- Para quién escribo. Debemos preguntarnos quién leerá lo que escribimos, qué relación tenemos con esa persona o personas, qué sabemos de ellas, qué les interesa, si escribimos en nombre propio o de un grupo o empresa, qué imagen queremos transmitir... Cuanta más información tengamos sobre las personas que nos leerán, más fácil será que les proporcionemos la información que necesitan y que logremos comunicar con eficacia.
- Sobre qué escribo. Debemos plantearnos qué queremos decir, teniendo en cuenta sobre todo qué saben las personas destinatarias sobre aquel tema y qué necesitarían saber. Recojamos las ideas que tengamos, generemos ideas propias y busquemos la información que nos falte. Después, ya seleccionaremos y descartaremos información, la ordenaremos...
- Para qué escribo. ¿Qué queremos conseguir? ¿Qué respuesta esperamos de los lectores? El objetivo del escrito condiciona la selección de la información, el orden en que la expondremos e incluso el tipo de texto que elegiremos (una carta, una convocatoria de reunión, un informe...). Puede sernos útil mirar textos parecidos a los que tenemos que redactar nosotros para utilizarlos de modelo.
Textualización
El escrito empieza a adquirir forma de texto. Para expresar las ideas de una manera clara y ordenada, es bueno empezar a redactar teniendo en cuenta sobre todo el contenido: ya nos dedicaremos después a otras tareas como confirmar datos, consultar dudas de lengua, mejorar el estilo, pensar en la presentación formal... Debemos considerar que redactamos un borrador provisional que iremos ajustando y mejorando progresivamente.
Revisión
La revisión es una acción simultánea a todo el proceso. Los mejores resultados se obtienen cuando el escrito avanza progresivamente de manera no lineal, desde las notas previas hasta la versión final. Se trata de ir haciendo borradores que van configurando el texto y de ir viendo si conseguimos nuestros propósitos. Por último, debemos encargarnos, además, de la presentación gráfica del escrito.